Muy señores y señoras mias. Acabo de oir la noticia que estamos secos, desde hace un tiempo a esta parte debería convertirse en la palabra fetiche. Sequía en las arcas, sequía en los sueldos, sequía en los servicios públicos, sequía en la alegría, todo el mundo anda crispado, los problemas con los que todos los días nos desayunamos producen un vértigo indescriptible. Nadie sabe al salir de casa que va a ser de él ese día.
De todas las sequías que nos rodean la peor es la risa, esa que nunca deberiamos perder. Es tan corta la vida, tan insegura, tan imprevisible, que todo lo que ella nos ofrece sea bueno o malo lo deberiamos tomar con una gran carcajada.
Porque nada es más cómico que pasárnosla lamentadonos cuando sin saberlo y le da la gana nos la quita. Por lo tanto amigos riamos a pierna suelta, tal vez hasta provoquemos la lluvia
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